martes, 26 de octubre de 2010

estampa 2010




ESTAMPA 2010
Como “demodé”, como pasada, como trasnochada, en un principio pensé que tras la experiencia de años anteriores, la propuesta de Estampa estaba mejorada, pero no, sigue los mismos derroteros, aunque en principio el subtítulo- 18/FERIA internacional de ARTE múltiple contemporáneo-, parezca que suena a renacimiento, la verdad es que no. Fuera aparte de críticas, me centre en aquellos trabajos que me “apetecía” ver, sobre todo por similitud o afinidad.
A este grupo corresponden en primer lugar una instalación de Antonio R. Montesinos, titulada MESETAS. Su propuesta se puede encuadrar en  lo frágil, lo compuesto, la acumulación, la reiteración, lo simple, lo complejo, lo expandido, lo alternativo incluso lo arquitectónico, pero… tremendamente infantil.
Adecuándose perfectamente a los parámetros de la feria, se encontraría el trabajo Javier Roz, un grabador en toda regla, que demuestra sensibilidad y un gran poder de adaptación, sobre todo a la tremenda situación económica, no olvidemos que esto es una feria y el que más o el que menos lo que más desea es vender. Sus trabajos resaltarían como elegantes, sencillos y tremendamente oportunos.
En la pequeña galería Dionis Bennasar de Madrid, encontré otra delicia. Los pequeños trabajos de Mirai Kobayashi. De técnica compuesta, son siete cuadros, de unos 20 por 18 c. que irrumpen con una mezcla de fondos oscuros y ensamblados los pequeños dibujos de constelaciones imaginadas. Ilusionarios mundos, parecen más las ilustraciones de un libro de ciencia-ficción que cualquier propuesta artística contemporánea.
Finalmente, lo que más me intereso, fue el trabajo de Arantza Vilas, en la galería Factoría, Santiago de Compostela. Ocupando una parte importante del stand, la de más visibilidad, como ensalzándolo, se instalan los trabajos de esta artista gallega. En primer luchar chocan las fotografías, gotas impactantes de frescura, que resultan terriblemente clásicas, sino fuera por el entronque surrealista de las mismas. Al lado los complementos, no necesarios para comprender la preocupación de la artista por la naturaleza, como si de joyas celtas se tratara. Toda la instalación parece un guiño a la moda, a la moda del entorno, de lo salvaje, de lo natural, de lo elaborado, de lo cuidado.

   
















Antonio R. Montesinos. MESETAS











Sin título. Mirai Kobayashi

Arantza Vilas

jueves, 21 de octubre de 2010

CUERPOS SOCIALES. Comentario al texto de José Luis Pardo


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Un plástico protector de alta tecnología, una pantalla salvífica, entre lo que se predica, lo que se expone, lo que se exhibe al público y la física y mental plenitud de “mi cuerpo”.  Entendamos este “mi cuerpo” como el del artista ideólogo posmoderno, socialmente comprometido y siempre políticamente correcto. Ubicado en una comodidad, derivada de la sobrestimación del estado del bienestar, el artista, el sujeto “pseudointelectual”, colocado en su altar predica (siempre con las espaldas cubiertas por la subvención) un mensaje, una teoría o incluso una convicción que deriva en un falso modo de vivir y sobre todo de actuar.
Mostrando continuamente las miserias derivadas de la vulnerabilidad del cuerpo humano, nos auto convencemos, o nos auto convencen de la necesidad de proteger algo tan evanescente como la carne, como ese juego, tan rico en morbosidad de mostrar a los más frágiles en todo su esplendor, pensando que fomentamos así su parte más estética. El falso proteccionismo del poder público hacía el  individuo, que deja abandonado el aspecto psíquico respecto del físico, discurre como una maniobra de distracción de las verdaderas intenciones revisionistas respecto de la humanidad: sacrificar al débil, en todos los aspectos para elevar a la gran masa domesticada, que se conforma con la “piel” o algunos trozos de “carne”, pero que jamás visita la esencia: “ el hueso”.
Si la élite intelectual se suma a la política y “desprotege- protegiendo” a los ciudadanos dentro del marco de una fingida seguridad que solo asegura la capa más superficial del individuo,  la pérdida de  las categorías éticas necesarias para sobrevivir en las sociedades posmodernas, hacen  que sea más fácil el manejo de sociedades abocadas a plagas apocalípticas (aunque algunas solo tengan el soporte mediático- virtual), que la de una donde cada individuo sea autor de su propia libertad intelectual, obligación que conlleva disponer de uno mismo de forma integral.
Virtualmente se nos concede todo, o se nos concederá gracias al continuo crecimiento acelerado. La generalización del intercambio permite que cualquier problema- incluso de orden expresivo o performativo- obtenga respuesta técnica ¿Por qué no la supremacía de un cuerpo físicamente exagerado y exultantemente perfecto frente a la normalidad que se deriva de la simple raza humana en general? Moviéndonos en parámetros de globalización, y en medio de una fuerte crisis económica, medioambiental y social, el reverso del cuerpo “ideal”, promocionado por los mass-media, es presentado como un cuerpo en continuo estado de sacrificio.

miércoles, 6 de octubre de 2010

La forma mas común de representación del ser humano es el cuadrado, pero la naturaleza prefiere el hexagono.